Aún te extraño y te quiero
Mi vida,
es un hirviente caldero de brujas,
donde las viles pócimas de la ira
van danzando en los mil arcoíris
sin color, sin sueños, ni fantasías.
Aún te extraño,
en la quietud de la dorada siembra,
en el despertar rojizo de la mañana,
en la brisa misteriosa de la tarde
y en la agitada luna de la noche.
Y te quiero,
tanto que por siempre seguirá marchito
el jardín de las dulzuras y primores,
donde tus bellos párpados de azucenas
hicieron crecer un valle de las flores.
Lo siento mi vida,
aún te extraño y te quiero.